sábado, 27 de junio de 2020

De asaltar cielos a tender puentes


La coalición afrontó sus primeras autonómicas en un gran estado de forma. Primero con Equo y luego también con IU, Podemos venía de ganar dos elecciones generales consecutivas en Euskadi. El partido de Pablo Iglesias se sentía como pez en el agua en escenarios complejos como el vasco y el catalán. Lo que no supo anticipar un proyecto engendrado en facultades de Ciencias Políticas fue el doble sentido de voto que se da en sendos territorios en función de si los comicios son nacionales o autonómicos.


Arañando el ‘sorpasso’ y con un PSOE bajo mínimos, Elkarrekin Podemos apuntaba alto. Pero los problemas empezaron de origen. Pili Zabala, cuya bisoñez política le jugó una mala pasada ha tenido que ver estos días cómo su grupo en el Congreso solo se avendría a apoyar una comisión de investigación de los GAL por la presión recibida.

Elkarrekin Podemos ha dejado de lado sus tesis más posibilistas para alentar una política vasca de bloques. O el modelo «precarizador o privatizador» del PNV o una alternativa progresista en la que se ofrece como conexión para unir a EH Bildu y PSE. Un puente sin estribos en los que apoyarse porque ni unos ni otros quieren cruzar ese río. En medio, la coalición morada intentará poner sus vetos cruzados en evidencia y explotar las culpas ajenas.